Varios son los mitos respecto a cómo conservar una piel sana y los tips sobre el cuidado de la misma que carecen de base científica alguna. A veces difundidos por motivos comerciales y en otras ocasiones por religión famosa, sin embargo, muchas veces las sugerencias se asumen como verdades universales cuando realmente no lo son. De todos los órganos corporales, la piel es el más versátil de todos. Esta salvaguarda de agentes externos, del calor, los recursos y de las bacterias, es impermeable, se repara y lubrica a ella misma, inclusive borra ciertos residuos corporales
La piel puede avisar de patologías internas con cambios en su color o textura, con aparición de granos o de manchas, coopera a la producción de vitamina D, esencial para la salud de huesos y articulaciones. Controla la temperatura corporal. Algunas enfermedades también aceleran algunos signos de envejecimiento de la piel, pero también el daño por el sol: entre más sol vamos acumulando a lo largo de la vida, la piel va envejeciendo más rápido
Es fundamental tener presente que hay ciertos cuidados en general de la piel, pero están sujetas a la fase de la vida y la predisposición genética de cada persona. Uno de los principales cuidados es un baño diario con agua tibia y un jabón suave, además de una buena humectación. Otro paso importante es la Hidratación, Las cremas corporales son un asombroso recurso para proteger la salud de la piel y de todo nuestro organismo por causas primordiales: aportan recursos que permiten suavizarla, contribuyen a la regeneración de células, humectan e hidratan y otorgan vitaminas.